Duelo normal Vs. Duelo patológico

¿QUÉ ES EL DUELO?

El duelo es el proceso psicológico que lleva a cabo un sujeto frente a la necesidad de una nueva adaptación tras un acontecimiento significativo en su vida . Los ejemplos típicos son la pérdida de un ser querido (Tashiro, 2003), del puesto de trabajo o el traslado a otro país.

Necesariamente hay que superar el duelo, que requiere cierto tiempo (variable en función del individuo y el contexto sociocultural en el que se encuentra) y está compuesto por diferentes fases. 

FASES DEL DUELO

Desde el punto de vista de Kübler-Ross (1969), podemos dividir el duelo en 5 fases:

  1. Negación, que es un mecanismo de defensa caracterizado por pensamientos como “¿Por qué me ha pasado a mí?”o “No puede ser”, entre otros, que ponen de manifiesto que el individuo aún no se encuentra preparado para asumir la realidad. 
  2. Enfado, siendo una de las emociones predominantes en el inicio del duelo. El enfado, rabia o ira nos impulsan a actuar, a movilizarnos para buscar soluciones, lo que evidencia que es totalmente normal y necesario sentir dicha emoción. 
  3. Negociación, momento en el que el sujeto intenta regresar a la situación precedente a la pérdida o acontecimiento difícil.
  4. Miedo o depresión, es decir, una profunda tristeza y temor a la incertidumbre sobre el futuro. Aunque la persona sienta un gran dolor y sufrimiento, no es en absoluto negativo. Sentir esa tristeza va a permitir la reelaboración de la situación, hecho que no se va a conseguir de manera óptima sin la presencia de estas emociones. 
  5. Aceptación, siendo la última fase del duelo y la más compleja de alcanzar. No obstante, la ausencia de aceptación prolongada en el tiempo va a provocar un malestar insostenible. 

¿CUANDO PASA ENTONCES A SER PATOLÓGICO?

El duelo pasa a ser patológico cuando los síntomas ocupan un periodo de tiempo muy prolongado. Mientras que la superación óptima del duelo fortalece la capacidad para enfrentarse a dificultades futuras, una elaboración inadecuada puede desencadenar un trastorno clínicamente significativo (Rhoades et al., 2011).

Un ejemplo de una mala elaboración de duelo ha sido el que hemos visto en la simulación. La paciente se veía apoderada de la culpa y depresión. Después de 18 meses, parece que aún sigue en la fase de negación, y, con la información que tenemos, podríamos hipotetizar que el estancamiento en dicha fase ha evolucionado hacia un Episodio Depresivo Mayor, caracterizado por un estado de ánimo deprimido la mayor parte del día y casi todos los días, insomnio o hipersomnia diarios, disminución del interés y placer por las actividades diarias, pérdida de energía, excesiva culpa, pensamientos de muerte y presencia de malestar clínicamente significativo. (APA, 2013)

CONCLUSIONES

Ante determinados eventos o situaciones, todos necesitamos superar un duelo. Aparecerán emociones como la tristeza, la nostalgia, la culpa o el sentimiento de malestar durante un periodo de tiempo variable en función de las características personales y el contexto en el que se desenvuelva el individuo.

No obstante, si se mantienen de manera estable en el tiempo, puede perderse su función adaptativa y principal objetivo de la elaboración de las fases del duelo, que es la maduración personal y la aceptación, convirtiéndose en un posible trastorno clínicamente significativo.

La negación del duelo es una fase normal y adaptativa, pero en su justa medida. También es necesario saber asumir la realidad y actuar para adaptarnos a la nueva situación.

REFERENCIAS DE APOYO

American Psychiatric Association (APA). (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5. 5ª Edición. Barcelona: Masson. 

Kübler-Ross E. On Death and Dying. New York: Macmillan, 1969.

Rhoades, G.K., Kamp Dush, C.M., Atkins, D.C., Stanley, S.M., Markman, H.J. (2011). Breaking up is hard to do: the impact of unmarried relationship dissolution on mental health and life satisfaction. Journal of Family Psychology, 25 (3), 366-374

Tashiro, T., Frazier, P. (2003). “I’ll never be in a relationship like that again”: Personal growth following romantic relationship breakups. Personal Relationships, 10, 113-128.­

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