Procrastinación crónica
Procrastinación crónica es la tendencia de postponer, de manera innecesaria, acciones o decisiones. Se considera crónico cuando esta tendencia se da diariamente y en varios campos a largo plazo, en lugar de retrasar uno o varios asuntos en concreto durante un largo periodo de tiempo. Se puede dar por varias causas, como ansiedad o el miedo al fracaso, y puede conducir a dolencias como el estrés o incluso problemas financieros.
Se estima que uno de cada cinco adultos procrastina hasta un nivel que podría considerarse crónico. Las personas pueden llegar a procrastinar de esta manera por numerosos factores, como pueden ser exceso de cansancio, tanto físico como mental, falta de auto control y motivación, así como ansiedad o miedo al fracaso, anteriormente mencionados.
Estos problemas pueden conducir a ciclos repetitivos de procrastinación que lo convertirían en algo crónico. Por ejemplo, la ansiedad puede conducir a una persona a procrastinar en una determinada tarea, esto causará un resultado negativo, lo cual aumenta las probabilidades de que dicha persona vuelva a sentirse ansiosa en el futuro a la hora de afrontar tareas similares y, por lo tanto, vuelva a procrastinar.
La procrastinación crónica es especialmente común en ciertas comunidades, como por ejemplo la de estudiantes de universidad, donde aproximadamente un 50% de estudiantes lo padecen. Numerosos universitarios reportan que repetidamente retrasan sus estudios y deberes académicos hasta justo antes de la fecha límite, aunque dicen querer haber empezado mucho antes y aunque este retraso les produce un elevado nivel de estrés.
La tendencia a procrastinar de manera regular es asociada con numerosos problemas en la vida diaria, como una bajada de rendimiento en el ámbito académico y profesional, así como una peor salud mental y física.
Se ha demostrado que existen formas efectivas, al alcance todos, para combatir contra la procrastinación crónica. En primer lugar, la persona que lo sufre debería averiguar la causa que le ha llevado a ello. A continuación, implementar técnicas como dividir objetivos en pequeñas y manejables tareas, marcar objetivos intermedios a corto plazo, identificar en que momentos del día uno es más productivo o un cambio de ambiente, puede resultar efectivo.
En general, la procrastinación crónica es un problema común y serio, pero es un problema al que uno mismo puede enfrentarse sin recurrir a terapia.
Deja una respuesta