La esquizofrenia

¿Qué es la esquizofrenia?
La esquizofrenia, una de las afecciones de mayor impacto en la salud pública mundial, está
considerada como una enfermedad mental grave que afecta a la persona que lo sufre a la hora
de pensar, sentir y comportarse. Esta enfermedad provoca que se interprete la realidad de una
manera anormal, haciendo que las personas que la padecen puedan sufrir alucinaciones,
delirios y trastornos graves en el pensamiento y el comportamiento, afectando así al
funcionamiento diario y pudiendo ser incapacitante. Normalmente se da en la adolescencia o
al inicio de la edad adulta, pudiendo darse este comienzo repentinamente o de forma gradual.
Las personas que padecen la enfermedad deberán recibir un tratamiento desde que aparece la
enfermedad y debe durar toda su vida. Este va a depender de cada paciente, ya que no todas
las personas que padecen esquizofrenia lo sufren de la misma forma, por eso es necesario
tener un tratamiento personalizado a las necesidades de cada uno.
No hay una manera segura de prevenir esta enfermedad, sin embargo, con un tratamiento y
cuidado especial puede ayudar a evitar la recaída o el empeoramiento de los síntomas.
Causas
Durante muchos años, algunos investigadores han discutido sobre la etiología de la
esquizofrenia y lo que realmente la causa. Es cierto que a día de hoy sigue habiendo ciertas
contradicciones, pero se ha logrado llegar a la conclusión de que existen unos factores de
riesgo que aumentan las posibilidades de padecer esta enfermedad. Algunos de estos actúan
en una etapa temprana del desarrollo pero, muchos otros son más comunes durante la
adolescencia o la edad adulta.
Estos factores pueden ser ambientales o biológicos, y la discusión entre investigadores ha
pasado de cuestionarse la naturaleza de los factores a la medida en la que afectan unos u
otros, es decir, cuál de ellos es un factor más determinante para padecer esquizofrenia.
Dentro de los biológicos cabe diferenciar entre alteraciones estructurales del cerebro y los
factores hereditarios. En cuanto a las primeras, se desconoce su origen y pueden ser, por
ejemplo, alteración de la proporción ventrículo alargado/cerebro o estructuras con un
volumen menor que la media. Como también se ha dicho anteriormente, existen otros
factores de gran peso: los factores genéticos o hereditarios. Para ello hablaremos de la
historia familiar, la cual es muy importante para saber cuántas posibilidades tiene el paciente
de padecer la enfermedad, ya que, si un familiar cercano lo padece, como un hermano o un
padre, aumentan mucho las posibilidades. Estudios demuestran que en familiares directos el riesgo de padecerla es 10 veces mayor al de la población normal. También aumentan cuando
la edad paterna es elevada cuando nació su hijo/hija.
Los factores ambientales pueden interactuar de forma directa con la esta vulnerabilidad
genética, incrementando el riesgo de que se padezca esquizofrenia. Entre los factores de
riesgo ambientales más comunes se encuentran dos tipos, los de riesgo postnatal y los de
prenatal. Entre los factores de riesgo postnatales encontramos pertenencia a minorías, el
consumo de cannabis crónico y el aislamiento en la infancia. En cambio, en los factores
prenatal encontramos complicaciones durante el embarazo o parto, gripe materna, estrés o
deficiencia alimentaria durante el embarazo, nacer en zona urbana o nacer en invierno/ inicio
de primavera. Sin embargo, los efectos patogénicos de este tipo en la esquizofrenia son
difíciles de estudiar científicamente, además de ser inestables en cuanto a datos
epidemiológicos. Es por esto por lo que los investigadores actuales se centran en
acontecimientos vitales estresantes, la expresividad emocional… junto con su interacción con
la vulnerabilidad a la enfermedad.
Síntomas
Aunque se trate de una enfermedad de origen orgánico, no provoca demencia, trastornos de
memoria o de tipo intelectual como el resto de enfermedades de este tipo. Sin embargo, sí que
presenta otros tipos de síntomas descritos a continuación. Los principales son la
desorganización parcial de las funciones de la personalidad, regresión en el desarrollo,
tendencia al abandono de los contactos interpersonales y el repliegue de un mundo subjetivo
de ideas, frecuentemente caracterizadas por alucinaciones o delirios (Alanen, Y. 2003).
En cuanto al primero, su principal característica es la pérdida de la verificación de la realidad,
es decir, de la capacidad de distinguir claramente las sensaciones del mundo exterior de las
experiencias internas. El que el paciente no distinga lo que pertenece a la realidad y lo que
no, le lleva a las alucinaciones, entendidas como la percepción de algo como parte de la
realidad cuando no es así, sino que esta percepción surge de su propia mente, que es la que
crea el elemento, persona, etc. Estas alucinaciones pueden darse en todos los receptores
sensoriales, siendo las más comunes en esta enfermedad las auditivas.
Siguiendo el concepto de falta de diferenciación de la realidad, el paciente además puede
experimentar la desaparición de la frontera psicológica que separa al yo de los otros, no
pudiendo distinguir donde acaba él y empiezan los demás, puede por ejemplo interpretar un
dolor de cabeza como si fuera el de otra persona, o puede ir andando por la calle siendo él o
un personaje famoso que haya visto en el cine.
Por otro lado, cabe destacar que el paciente esquizofrénico se guía por sus asociaciones, que
tienden a inferir en el pensamiento. Se trata de la regresión de las funciones del ego, la cual se
refiere a un deterioro de los modos de pensamiento y conceptualización gobernada por una
lógica de un nivel realista y organizado y su consiguiente sustitución por un sistema lógico
más arcaico compatible con los modos ideativos del “proceso primario”, propio de los sueños
y del inconsciente (Alanen, Y. 2003). Además, el trastorno del pensamiento puede provocar
un habla desorganizada, dificultando la comunicación eficaz.
Otro síntoma podría tener lugar en las expresiones afectivas, provocando así en pacientes con
esquizofrenia los trastornos afectivos más importantes. Esto se debe a síntomas negativos de
la propia enfermedad, que pueden coincidir además con síntomas de psicosis, como puede ser
la ansiedad y agitación que provocan, por ejemplo, las alucinaciones y delirios. Lo que más
tarde puede llevar a la pérdida de la identidad o a la desaparición de todo tipo de sentimiento.
Por todo esto, podría decirse que la esquizofrenia produce una gran desventaja social que
lleva a una discapacidad social. Esto se debe, además de a los síntomas negativos de la propia
enfermedad, al déficit en la cognición social que pueden llegar a padecer los enfermos. Este
déficit incluye dificultad para procesar emociones, y para comprender el comportamiento y
las intenciones de las personas, siendo incapaces de establecer un contacto verdaderamente
humano; pudiendo todo esto derivar en el aislamiento. Además, los trastornos afectivos
incluyen un debilitamiento del control de los impulsos, pudiendo ser conductas agresivas o
comportamientos regresivos que no tienen en cuenta los principios morales y reacciones del
entorno; lo cual podría entrar dentro de un comportamiento motor desorganizado o anormal
como otro síntoma.
Fases
El trastorno de la esquizofrenia presenta ciertas fases las cuales son:
-Primer episodio
Se caracteriza por un comienzo gradual llevando un desarrollo lento, crónico y progresivo
donde el paciente presenta síntomas que apuntan a que la enfermedad está en una fase activa
y empeora de manera rápida. En esta fase es común que el paciente presente un deterioro en
la higiene, se muestre irritable etc.
-Fase aguda
En esta fase se siguen presentando los síntomas mencionados, alucinaciones, delirios,
deterioro de la higiene etc que pasan a ser más intensos con el tiempo.
-Fase de estabilización
En esta fase los síntomas y episodios concurrentes en la fase aguda se estabilizan y se hacen
menores y suelen tener una duración de 6 meses aproximadamente después del episodio
agudo que presentó el paciente con anterioridad.
-Fase estable
Caracterizada por una estabilidad de los síntomas que por lo tanto son menos graves que en
las fases iniciales, en esta fase es común que el paciente presente tensión, depresión o
ansiedad considerados como síntomas no psicóticos lo que pueden dar a confusión en el
transcurso de la enfermedad por estos cambios repentinos ya que antes de entrar en esta fase
estable el paciente tiende a tener síntomas y conductas positivas las cuales duran solo
semanas o días.
Tratamiento
En el tratamiento de la esquizofrenia se engloban las perspectivas biológica y psicológica,
siendo el tratamiento psicofarmacológico (el uso de medicamentos neurolépticos) el método
más frecuente junto con distintas tareas de rehabilitación.
Los fármacos neurolépticos se caracterizan por su efecto antipsicótico. “No curan la
esquizofrenia, pero tienen un efecto antipsicótico y de mejoría de los síntomas evidente en
alrededor de dos tercios de los pacientes esquizofrenia” (Cole y Davis, 1969; Wesel, 1994).

En los casos crónicos no producen un cambio visible o significativo pero disminuye gran
parte de los síntomas mientras que, en los estados más agudos, pueden suprimir los síntomas
por completo.
Algunas de las terapias utilizadas en el tratamiento de la esquizofrenia :
- Intervención psicoeducativa familiar: Consiste en facilitar la información necesaria
para entender el trastorno tanto al paciente como a la familia para así disminuir los
aspectos negativos que pueden aparecer durante el desarrollo de la enfermedad.
Durante estas terapias se enseñan distintas estrategias o herramientas para afrontar no
solo la enfermedad, sino también para mejorar la calidad de vida, entender la
enfermedad que padece e incitar a un entorno familiar de apoyo. Estas intervenciones
“no aumentan por sí solas el cumplimiento terapéutico pero nos sirven de primer paso
para aumentar el insight del paciente y sobre todo para aumentar su conocimiento de
la enfermedad esquizofrénica y de los tratamientos existentes” (Martinez et. al. 2004).
- Entrenamiento en habilidades sociales permite alcanzar la adaptación social necesaria
para poder relacionarse en la vida comunitaria y mejorar su calidad de vida a partir de
la estimulación de las distintas aptitudes interpersonales, motoras y perceptuales.
Tiene como objetivo “impedir la desvinculación social de la persona, procurando un
tratamiento cercano a su entorno, ecológico en su planteamiento, y que favorezca el
mantenimiento de los diferentes roles sociales que el usuario ejercía antes del debut
de su enfermedad. (Laviana, 2006). - Terapia de grupo: impulsa a los pacientes a establecer relación con otros individuos y
progresar en sus aptitudes sociales. Además, se ha podido observar cómo han
disminuido los síntomas y el uso de medicamentos en consecuencia al uso de este tipo
de terapias. Los distintos objetivos de una comunidad psicoterapéutica son la
comunicación mutua abierta, promover las relaciones sociales y establecer una actitud
empática entre otros. - Rehabilitación cognitiva la esquizofrenia provoca entre otras cosas un deterioro
cognitivo, el cual a partir de este tipo de terapia se intenta restablecer el
funcionamiento de las funciones dañadas o afectadas. Para ello se pueden utilizar
estrategias ambientales, en las que se usa el entorno social del paciente para
rememorar las conductas establecidas en situaciones sociales. Por otro lado tenemos
las estrategias de compensación que permiten al paciente equilibrar el déficit
cognitivo. - Terapias expresivas: tienen como base “la utilización de mecanismos de
simbolización, comunicación y expresión mediante canales verbales o no verbales
(expresión artística, musical o corporal) y diferenciadas en su finalidad y metodología
de las actividades ocupacionales, Incluye modalidades terapéuticas como arteterapia.
(Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad y
Consumo de Madrid 2009)
Tipos de esquizofrenia
Podemos distinguir cinco tipos de esquizofrenia.
-Esquizofrenia paranoide: La esquizofrenia paranoide es el tipo de esquizofrenia más
frecuente en la mayor parte del mundo, se caracteriza por tener delirios relativamente
estables, de tipo paranoide acompañados de alucinaciones normalmente de tipo auditivo. El
paciente no presenta comportamiento desorganizado ni cambios afectivos , ni de volición, ni
de lenguaje.
Las ideas delirantes y alucinaciones paranoides más comunes en el paciente con
esquizofrenia paranoide pueden ser algunas como:
Voces alucinatorias que someten al individuo dándole órdenes o alucinaciones sin contenido
verbal como silbidos, murmullos etc. Alucinaciones olfatorias, sexuales o de otros tipos de
sensaciones corporales, también, aunque de forma más excepcional, pueden aparecer
alucinaciones de tipo visual. En la fase aguda de este tipo de esquizofrenia suele ser muy
relevante el trastorno de pensamiento, la afectividad en este tipo de esquizofrenia a diferencia
que en otros tipos de esquizofrenia está menos relacionada pero puede presentarse cierta
incoherencia afectiva como también ira o irritabilidad.
-Esquizofrenia hebefrénica o desorganizada: Este tipo de esquizofrenia es el segundo tipo de
esquizofrenia más diagnosticado después de la esquizofrenia paranoide y se caracteriza
principalmente por presentar tanto un lenguaje como un comportamiento desorganizado, el
paciente tiene ideas delirantes que giran en torno a temas incoherentes también, se caracteriza
por su afectividad aplanada o inapropiada. El lenguaje desorganizado del paciente puede ir
acompañado de comentarios o risas sin sentido así como, la incoherencia y la pérdida de
capacidad asociativa a la hora de comportarse es muy común que la persona que sufre este
trastorno se comporte de manera rara haciendo muecas o movimientos inútiles, este conjunto
de síntomas dificultan al individuo a la hora de llevar a cabo actividades cotidianas.
-Esquizofrenia catatónica: Este tipo de esquizofrenia se caracteriza por presentar
anormalidades motoras. La catatonia se puede presentar de dos formas: Una forma estuporosa
(lentificada) que se caracteriza por presentar catalepsia, posturas extrañas, negativismo o
mutismo y en forma de excitación (delirante) donde prevalecen síntomas como la ecopraxia,
obediencia automática o movimientos estereotipados, este tipo de síntomas se caracterizan
porque el paciente repite de manera persistente los movimientos que hace otra persona.
-Esquizofrenia simple: En último lugar este tipo de esquizofrenia el paciente se ve
incapacitado a la hora de desempeñar algunas actividades normales como la comunicación o
el aprendizaje pero no presenta alteraciones como delirios o alucinaciones.
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Realizado por: Elena Junco, Ana Lagares, Beatriz Pareja y Ana Zanfaño